Dani empezó a los 6 meses con este método, en cuanto detectamos que algo no iba bien, buscamos un centro donde pudieran “tratarle”, fuimos a ciegas, como en muchos de los pasos que hemos dado, porque desgraciadamente si de algo me he dado cuenta es de que el tratamiento de mi hijo ha sido decidido y dirigido por nosotros. No ha habido ningún especialista que nos haya dicho “esto es lo mejor”, “esto es lo que debe hacer”, todo lo que Dani hace es porque o nos hemos encontrado con ello o hemos creído, en base a la lógica, no al conocimiento que teníamos sobre el problema que era ninguno, que podría ser bueno para él.
El método Bobath consiste en enseñarle al niño la sensación de movimiento que le permitirá realizar movimientos normales, es decir, consiste en enseñar a los niños el control de los movimientos en una secuencia correcta para evitar posteriores deformidades. Para ello lo primero es controlar el tono muscular para dejarlo en la gradación adecuada.
Este método se basa en la plasticidad. No se conoce exactamente el número de células en el cerebro, pero sí que es un número fijo. Tras el nacimiento, el número de conexiones e interacciones aumenta y se refuerzan las conexiones con cada una de las acciones que el cerebro aprende; a esta capacidad de modelar el cerebro a través del aprendizaje se le denomina plasticidad No podemos recuperar las neuronas muertas, pero sí reconstruir nuevas vías de conexión, y la plasticidad dependerá de la cantidad y calidad de estímulos que reciba el niño.
Todavía recuerdo la primera vez que Dani se volteó, fue en la clase de Bobath, y tenía 9 meses. Le había visto a Ana tantas veces a ayudarle a darse la vuelta, que cuando lo hizo solo no podía creérmelo, ¡lo había conseguido sin ayuda!, no lloré por vergüenza, pero la sensación fue increíble.
Me gusta este método porque además de centrarse en lo puramente motor, trabaja la estimulación, y Dani aprende muchísimo mediante el juego, a la vez que se le enseña a su cerebro a que de las ordenes para a moverse de manera correcta.
En noviembre empezó a reptar, hasta el momento cuando se daba la vuelta, se quedaba apoyado sobre su tripa, con los brazos echados hacia atrás y moviendo las piernas, sin poder avanzar. A partir de este mes, consiguió apoyar los brazos, y aunque solo apoyaba el izquierdo, actualmente ha mejorado bastante el movimiento de reptación.
Hoy día 11 de febrero puedo decir, que estamos cerca del gateo, todavía se tiene que lanzar, pero sujetándole solo del body ayer era capaz de ir gateando solo, despacito, pero solo.
Con cada avance de Dani, me doy cuenta de que cuando un niño hace las cosas de manera natural porque tiene un desarrollo normal, no apreciamos lo difícil que puede serle, o a lo mejor no tanto, pero la importancia que tiene que consiga hacerlo. Probablemente esto hay que trasladarlo al resto de cosas de nuestra vida, las cosas tienen más valor cuanto más esfuerzo ponemos en conseguirlas.
Por supuesto que es difícil, y en estos casos los avances son mucho más apreciados! este niño os va a dar muchísimas alegrías.
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