jueves, 9 de septiembre de 2010

Objetivo conseguido

Parece mentira qué cosas, pueden hacerte sentir feliz en algunos momentos de la vida. Si hace dos años me dicen que me iba alegrar tanto de que una doctora le prescribiera unas férulas para poder andar a mi hijo, es casi seguro que me hubiera puesto a llorar.


Pero el tiempo pasa, te acostumbras a tu forma de vida, con todo lo que conlleva, luchas por mejorarla cada día, y al final te alegras por conseguir pequeñas cosas que en otra forma de vida no tiene sentido alguno.

Nos dieron cita el lunes para revisión en el hospital y por fin consideraron que era bueno que al estar apoyando mal los pies, y estar cada vez más tiempo de pie, había que ayudar a prevenir malas posturas con unas férulas o dafos. Además, solo se las pondrán hasta el tobillo, no hasta la rodilla. El lunes que viene tenemos que ir a que le tomen medidas, una vez que las tomen, mandan el molde a EEUU y cuando estén hechas las mandan a España. Según nos cuentan, en EEUU hacen unas que son las mejores, más blandas por dentro y rígidas por fuera para sujetar el pie.
Tardarán aproximadamente un mes, y después tenemos que pedir cita antes de que se las pongamos para que la rehabilitadora las revise.


Por lo demás se puede decir que estamos en un momento tranquilo, contentos porque Dani también lo esta. Su adaptación a la nueva guardería no puede ser mejor, esta muy contento y no para de moverse por el aula. Eso demuestra que no se siente intimidado por el hecho de que el resto de niños correteen a su alrededor. Quizás esto es de lo que más me tranquiliza.

Además vemos cómo Dani va evolucionando cognitivamente, se intenta comunicar siempre, va aprendiendo cada día de todo lo que ve. Sigue siendo muy cariñoso y alegre, y sobretodo sigue siendo un luchador.