Siendo Dani tan pequeño, ya nos ha hecho sentir la impotencia que deben sentir los padres cuando haciendo lo mejor para sus hijos, éstos se niegan a aceptarlo, o no se dan cuenta de que realmente es lo mejor para ellos. No entro al detalle de si todas las cosas que los padres queremos para nuestros hijos, en verdad son lo mejor para ellos, ya que puede que en muchos casos no lo sean, y que nos obcequemos en que como lo son para nosotros, deben serlo también para ellos.
En nuestro caso, es lo mejor porque es beneficioso para él. Dani lleva desde los 6 meses yendo a natación, no solo porque los médicos y fisios nos lo recomendaron, si no porque a él siempre le ha encantado el agua, estaba a punto de poder nadar solo y era capaz de bucear. Y de repente ya no le gusta, no se encuentra cómodo cuando le ponen los manguitos o flotadores, y lloriquea durante toda la clase de natación. No le da miedo el agua, ya que puede estar perfectamente, pero no está cómodo.
No entendemos qué ha pasado, ya que le encantaba y lo más importante le ha venido muy bien para relajar su musculatura y ejercitarla. No ha tenido ningún susto que le haya podido ocasionar miedo, porque como digo, no le tiene miedo al agua. El caso es que algo que es muy beneficioso para él, y a lo que su padre le ha dedicado muchísimo esfuerzo, para poder sacar tiempo del trabajo y llevarle, ya no podemos mantenerlo.
La impotencia, no es porque no consiga nadar, si no por no poder hacerle entender que las clases de natación influyen en su progreso motor, y que son necesarias. Evidentemente no queremos que sean una tortura para él, bastante tiene con el Voijta, como para que algo, que para él antes era agradable, tenga que aguantarlo cuando ahora no lo es.
Yo tengo la esperanza de que este verano vuelva a sentirse bien en el agua, y podamos recuperar el tiempo perdido….
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