Nuestra experiencia con la quiropráctica ha sido tan fugaz, que ni pensaba dedicar una entrada, pero la verdad es que pensando en todas las personas que entran en el blog, buscando opinión sobre los tratamientos que Dani hace, o que descubrimos, he pensado que quizás resulte de utilidad.
Todo empezó cuando el papá de Dani buscaba una solución para sus dolores de espalda y cuello, ha probado tantas cosas que buscaba algo distinto que pudiera quitar de raíz los fuertes dolores que tiene. Y así es como dio, a través de internet con un quiropráctico, Marcelo. Se informó sobre la quiropractica e incluso fue a una charla qe te dan antes de darte cita, para que sepas en qué consiste exactamente la técnica de la quiropráctica (recogido textualmente de su pagina web):
"La quiropráctica aunque todavía no muy conocida en España, mundialmente se reconoce como ¨la rama de las ciencias de la salud que estudia los problemas del sistema músculo-esquelético, especialmente los de la columna vertebral, y sus efectos sobre el sistema nervioso y la salud en general¨ (Organizacion Mundial de la Salud, Ginebra 2005)"
El caso es que como comento, fue a una charla previa a la cita para el tratamiento. La charla le convenció, muy resumido el cuidado quiropráctico consiste en una serie de ajustes vertebrales específicos aplicados sobre la columna vertebral. Esto permite que si hay nervios presionados dejen de estarlo y así no afecten negativamente a ningún órgano del cuerpo. Cuando terminó la charla, el papa de Dani le habló de él, y su respuesta fue "traele ya", así de contundente.
Os diré que después de contármelo, lo que te planteas es ¿habremos descubierto algo que haga que Dani recupere más rápidamente?, ¿ayudará esto a que Dani pueda andar mejor, tenga más equilibrio?, experimenté una emoción esperanzadora difícil de explicar.
Ahora contaré tal y como fue nuestro primer contacto con la sesión quiropráctica, con esto no quiero decir que no haya personas que tengan o deban tener otra opinión distinta a la mía, y que puede estar equivocada.
A mi marido ya le habían hecho un estudio sobre cómo estaba su cuerpo, en la segunda visita donde le ajustarían, tenia que ir con Dani. Allí nos plantamos, una sala predominantemente en color blanco, llena de gente sentada frente a una pantalla donde emitían capítulos sin voz de la Pantera Rosa. En la misma sala, el mostrador de la recepción, de frente a ese público que en silencio observaba la pantalla. Era el día del cumpleaños de mi marido, casualmente también era el cumpleaños de Marcelo, el quiropráctico. Las chicas de la recepción, salieron a ver a Dani, nos dijeron que se alegraban de conocerle y que pasaríamos enseguida. Parecía como si nos conocieran de antes y hubiera pasado mucho tiempo sin vernos.
Y así fue, nos mandaron pasar, entramos a otra sala grande con varias camillas, me presentaron a Marcelo, el cual transmite bastante paz y tranquilidad, saludó a Dani, que iba en brazos de su padre. Sin apenas hablar más, le dijo a mi marido que pusiera su mano sobre la pierna de una chica que estaba tumbada boca abajo en una de las camillas, él mientras miraba la posición de los pies de la chica, después tocaba el cuello de Dani, que seguía en brazos de su padre, y cuando hizo esto dos veces, con un aparato que es como un martillo pequeño, con el que hace los ajustes, le dio a Dani en el cuello (sin dolor, es muy rápido, a penas te enteras), y ya está, ya había terminado con Dani.
Yo me sali con Dani a la sala de espera, porque ahora le tocaba a su padre, con el que estuvieron más tiempo ya que le tenían que dar el informe del resultado del primer estudio, además de ajustarle. Estuvo como media hora y cuando salio, en el mostrador le tenían que explicar el tratamiento y el precio sobre todo.
En resumen, el tratamiento que le pusieron, 67 sesiones, distribuidas a lo largo de varios meses, además debía llevar a Dani, cuyo precio se reducía a 12€/sesión por tratar al padre, total unos 2.800€ más las sesiones de Dani.
No os engaño si os digo que, aunque nuestra impresión inicial fue de ser una cámara oculta, un sitio con ambiente sectario, con relaciones "extrañas" entre la gente que allí había, al principio dudamos si hacerlo o no, ¿y si funcionaba?, no teníamos ninguna opción más, a lo mejor teníamos que hacer el esfuerzo....
Pero al buscar opiniones en internet, comprobamos que no eramos los únicos que nos habíamos llevado esa impresión, y que había más opiniones en contra que a favor, incluso comprobamos que el tratamiento que habían puesto a mi marido, era el mismo que habían puesto a otras personas que escribían. Definitivamente no lo tuvimos claro como para arriesgarnos a invertir tanto dinero.