He de reconocer, que es mucho más de lo que podía esperar hace unos años, más de lo que imaginaba en esos momentos de bajón, en los que miraba a Dani cuando era incapaz de coger un boli, de subir un escalón, de dar una patada a un balón ....quizás nunca será suficiente, el hecho de que lo haga solo, pero ahora sé valorar lo que ha logrado al poder hacerlo.
Valoro, no solo el esfuerzo que hace para conseguir "llegar" con su esponja a cada una de las partes de su cuerpo, o con su mano para restregarse el champú por toda su cabeza, mientras mantiene el equilibrio porque su cuerpo se balancea peligrosamente. Sobre todo valoro la felicidad que le supone hacerlo solo, la ilusión con la que me pide que le deje a él hacerlo. Así que eso es mucho más que el hecho de hacerlo más o menos bien o más o menos rápido.
¡Bravo mi ángel!, nunca dejas de sorprenderme.