Septiembre siempre es un mes de inicio, de nuevos planteamientos en todas las áreas de nuestra vida. Comienza el curso escolar, las terapias, se vuelve al trabajo tras las vacaciones, con más o menos energía, y uno se plantea nuevos retos y objetivos.
Este verano tomamos una decisión respecto a Dani, basada en una lección aprendida: "cuando tomes una decisión respecto a tu hijo, debes pensar si la decisión es para reducir de forma inmediata tu ansiedad y preocupación, o supone una inversión a futuro para el". Y así, estuvo una semana fuera en un campamento de verano, organizado por la Fundación Deporte y desafío. El se lo paso bien, pero dice que no vuelve porque me echó mucho de menos. Mi objetivo era encontrar un campamento en el que Dani se sintiera más identificado con niños que tuvieran dificultades como él. Quizás no lo conseguí del todo, ya que en el campamento había distintas afecciones, y esto creo que dificultó esa identificación que yo pretendía.
Una de las mayores dificultades con las que me he encontrado y encuentro, es en encontrar niños "similares" a Dani para que el pueda sentirse como un igual, la verdad es que esta tarea es complicadísima.
Lo que tengo claro es que ha sido una experiencia para él, y como dice un gran psicólogo al que he conocido este año, lo mejor que podemos hacer por nuestro hijo es darle experiencias. Así que seguro que de esta experiencia ha salido algo positivo para Dani, para su desarrollo y adaptación al mundo.
Y este año me lo planteo con un cambio de visión, quiero tener más en cuenta a Dani, voy a preocuparme de que tenga más sus momentos, su tiempo de ocio. Hasta ahora me he centrado en "llenar" su tiempo de terapias, sin preocuparme de lo necesario que es que tenga su tiempo para hacer lo que él quiera. Y este año, sin descuidar las terapias, voy hacer todo lo posible para que tenga esos momentos. Es todo un reto teniendo en cuenta que la mayoría de los días me faltan horas, pero me esforzaré por sacarlos.