LLevo un día sin verte y me parece que han pasado semanas. Ya tenia claro que eres uno de los motores más importantes de mi vida, pero desde que te deje en ese autobús, no he podido parar de echarte de menos.
Solo espero que la decisión tan difícil de tomar, y exclusivamente pensada por tu bien, haya sido la correcta, aunque te diré que aun ahora, que ya estas allí y todo el mundo me lo dice, no lo tengo claro 100%. Espero que me lo digas tu cuando vuelvas.
Aunque haya días que acabo agotada después de acostaros, y deseo muchas veces paz y tranquilidad, la verdad es que el precio de esa tranquilidad no me compensa. Necesito que me mires y me digas lo mucho que me quieres, oírte reír, que me cuentes tus rimas, chistes y todas esas genialidades que se te pasan por tu pequeña cabeza. Que me pidas cada noche echarte en el sofá abrazado a mi...........
Parece mentira que un niño tan pequeño pueda llenar un espacio tan grande.
Me tranquiliza que estarás rodeado de mucho cariño, porque allá donde vas te ganas a quien sea, es imposible no quererte.
Solo espero que llegue pronto el sábado para abrazarte, y te prometo que pasara mucho tiempo hasta que me vuelva a separar de ti.