Hace dos semanas que nos dejó “la abuela
pequeña”, la bisabuela de Dani, ahora, aun con pena, pero ya pasado el tiempo para
asimilar la perdida, escribo esta entrada para que Dani pueda recordar el día que
la lea, como era su relación con ella.
Como con todos los que le conocen mantuvo una
relación “especial”, difícil de explicar con palabras, pero lo que puedo
asegurar es que nunca vi a mi abuela tan cariñosa con nadie como lo era con él,
consiguió despertar toda la ternura que tenía y que le costaba expresar por ese
carácter fuerte que tenían las mujeres de antes, acostumbradas a llevar sobre
sus espaldas el peso de todo lo que llevamos ahora y más, eso sí con una
fortaleza que a mí no deja de sorprenderme.
Dani siempre la tenía en cuenta, si la veía triste
le decía que le explicara por qué estaba triste, conseguía que incluso cuando
ya le costaba moverse, se levantara del sillón para jugar al escondite o
cualquier otras cosa que se le ocurriera. Mantenía con ella conversaciones
incluso cuando éstas ya no tenían coherencia.
He de reconocer que me ha sorprendido cómo ha
aceptado que la “abuela pequeña” se haya ido al cielo, y a pesar de su interés
por los detalles de cómo ha emprendido ese camino hasta llegar ahí arriba, sus
conversaciones sobre ella después son tranquilas y de una aceptación total.
Dejo una imagen de dónde seguro se imagina
Dani que esta “la abuela pequeña” ahora, en una casa de nubes, y eso sí, ahora
haciendo magia, ya que es capaz de vernos desde ahí arriba, incluso cuando
estamos dentro de casa……..
Seguro que desde ahí arriba se mantiene esa relación
especial, y “la abuela pequeña” le seguirá cuidando siempre.